martes, 17 de septiembre de 2013

¿Se puede medir la felicidad?

Hay multitud de estudios sobre la medición de la felicidad, y algunos índices que comparan la felicidad entre países. Uno de los más conocidos es el Índice del planeta feliz. El índice está diseñado para medir el desarrollo de los países con base en la expectativa de vida, la percepción subjetiva de felicidad (mediante encuestas a la gente) y la huella ecológica. En otras palabras, lo que mide es cuánto bienestar hay en el país en función de los recursos utilizados. Es curioso ver que en este ranking diez de las primeras once naciones están en Iberoamérica.

Otro índice es el que creó Adrian G. White, un psicólogo social de la Universidad de Leicester, el Índice de satisfacción con la vida. En este cálculo, el bienestar subjetivo se correlaciona más fuertemente con la salud (.7), la riqueza (.6), y el acceso a la educación básica(.6).

Finalmente, otra aproximación nos la dio el Jigme Singye Wangchuck, rey de Bután, en 1972, creando el concepto de Felicidad Nacional Bruta. La medición se realiza a través de un cuestionario de 180 preguntas que considera 9 dimensiones: 1. Bienestar psicológico, 2. Uso del tiempo, 3. Vitalidad de la comunidad, 4. Cultura, 5. Salud, 6. Educación, 7. Diversidad medioambiental, 8. Nivel de vida, y 9. Buen Gobierno. La premisa sobre la que se sostiene este modelo económico es que el verdadero desarrollo de la sociedad humana se encuentra en la complementación y refuerzo mutuo del desarrollo material y espiritual, basándose claramente en la tradición y cultura budista del país. Como vemos en el mapa anterior, esta filosofía hizo que Buthán aparezca como uno de los países más felices del mundo según estos rankings.

Esto nos lleva a cuestionarnos más temas. El objetivo de los países, empresas y organizaciones en general es hoy en día el crecimiento económico, mediante básicamente más comercio, exportación e inversión exterior. ¿Son estos parámetros suficientes para maximizar la felicidad de las personas? ¿Deberíamos incluir más parámetros? En otras palabras, ¿la prosperidad económica es por sí sola sinónimo de felicidad? ¿O simplemente la prosperidad económica evita la infelicidad, mientras que la felicidad depende de otros parámetros? Porque después de todo, y según la declaración de Independencia de Estados Unidos, de 1776, “todas las personas tenemos el derecho a la búsqueda de la felicidad”.

Fuente: Knowthing

A continuación, el listado con los diez países más felices:

1. Dinamarca

2. Noruega

3. Suiza

4. Holanda

5. Suecia

6. Canadá

7. Finlandia

8. Austria

9. Islandia

10. Australia

No casualmente, estas diez naciones se encuentran entre las que mejor calidad de vida ofrecen a su población. Son las más igualitarias y económicamente estables, y las que tienen mayores prestaciones sociales y mejor calidad democrática.

Según la ONU, tres cuartas partes de la felicidad de un país se explican por el rendimiento de seis variables: PIB per cápita, esperanza de vida, percepción de la corrupción, libertad para tomar decisiones, prevalencia de la generosidad y la presencia de vínculos sociales en los que confiar en tiempos de crisis.

Por eso no es extraño que los diez más infelices tengan bajo "puntaje" en esas seis variables. A continuación, el listado.

1. Togo

2. Benin

3. República Centroafricana

4. Burundi

5. Ruanda

6. Tanzania

7. Guinea

8. Comoras

9. Siria

10. Senegal

El listado fue elaborado por la ONU en el Reporte Mundial de la Felicidad 2013. No hay latinoamericanos en el top ten, pero fueron los que más crecieron.

Los latinoamericanos mejor ubicados en el ranking son Costa Rica (12º), Panamá (15º), México (16º), Venezuela (20º), Brasil (24º), Chile (28º) y Argentina (29º).

No hay comentarios:

Publicar un comentario